MOTIVANDO Y MOTIVÁNDONOS EN EL AULA


¿A QUIÉN VA DIRIGIDO ESTE PROYECTO Y QUE SENTIDO TIENE?
Esta reflexión acerca de cómo trabajar por proyectos, es un intento práctico de no perder el norte. Pretende exponer una experiencia de modificación de conducta y motivación hacia el aprendizaje, pero también pretende mostrar que sigue siendo posible que cada día nos acerquemos con ilusión a las aulas y consigamos esa complicidad casi mágica que debería producirse entre el que muestra y el que quiere ver.

Los niños y niñas presienten y son capaces de aprender a amar lo que nosotros amamos, hemos de enseñarles pues, que en el hecho del aprendizaje existe un mundo mágico sumergido bajo una gruesa capa de indiferencia.

Que a pesar de que vivan en la sociedad de la información dónde parece que esté ya todo hecho y dispuesto a ser utilizado, ellos siguen siendo los protagonistas y deben aprender cómo y cuándo utilizar esa información.Que son ellos los únicos que tienen la capacidad de conocer y transformar su realidad y que este es el primer paso para conseguir un mundo diferente y mejor.

Pero también sabemos a lo que nos enfrentamos, aulas repletas de niños de procedencias tanto sociales como culturales muy diferentes, sin el suficiente interés (en su mayoría) hacia el aprendizaje, el respeto a los demás y a si mismos , pero con una característica común : SIGUEN SIENDO NIÑOS.Y como tales siguen teniendo una capacidad de sorprenderse, entusiasmarse , imaginar,jugar y apasionarse que no podemos desaprovechar.

Nuestros alumnos estan pidiendo a gritos estructuras, normas y responsabilidades y es increible lo fácilmente que se adaptan a todo ello si tienen una razón de ser y sobre todo si mantenemos una actitud coherente.
Trabajar por proyectos supone la capacidad de sustituir esquemas rígidos de antiguas estructuras por situaciones estimulantes, amplias, críticas, orientativas y abiertas.

Hay que valorar a nuestros alumnos no por su capacidad de rendimiento intelectual, sino por sus ganas de avanzar; y sus ganas de avanzar hoy en día van a depender en gran parte de nosotros y de las actitudes metodológicas que utilizemos en el aula.

Ya no nos basta con tener conocimientos y enseñarlos, hay que "ser", porque los alumnos pueden olvidar contenidos, pero nunca actitudes.

Debemos potenciar la libertad, la autonomía, la responsabilidad, la justicia, la solidaridad, la participación y el compromiso.

Y debemos estimular en nuestros alumnos la capacidad de realizar la tarea del aprendizaje de una forma tan agradable que se convierta en un modo de vida que se ejerza con ilusión a lo largo de los años.

El mayor peligro para nuestros alumnos es el "acomodamiento", la falta de interés, la falta de sentido de lo que hacen, la falta de competitividad ( a pesar de lo que se vive en la sociedad) y el rebote inmediato contra refuerzos clásicos tales como el castigo.

Van a obtener lo mismo a cambio de participar en un esquema educativo (que además tiene muy pocos puntos de relación con la realidad que ellos viven ) que de no participar.

A esto hay que añadir la falta de rendimiento eficaz del sistema educativo debido a la desmoralización del profesorado, los escasos medios con los que contamos a nivel material, y el poco apoyo social.

Pues es precisamente ahora cuándo hay que buscar puntos de inflexión entre el sistema, el alumnado, la sociedad y el profesorado, y esos puntos de inflexión han de partir necesariamente de las aulas. Hay que volver a enseñar partiendo de las ganas de aprender.

Y tener muy claro que las ganas de aprender pueden provocarse, es sólo una cuestión de hacerles conocer las situaciones, analizar las causas y contagiarles el entusiasmo por la creencia de que ellos tienen las soluciones.

Por tanto el primer paso para trabajar por proyectos, debería ser siempre el mismo, preguntémonos :¿Qué les interesa a los niños y niñas de hoy en día sin distinción de cultura, sexo o nivel social? y empezemos a trabajar por ahí.

Un segundo punto muy importante es el de utilizar solamente el refuerzo positivo, que es el primer paso para potenciar su autoestima, el único refuerzo negativo que debemos utilizar, es la ausencia de refuerzo positivo.

El tercer punto importante, es mirarnos a nosotros mismos, ¿Con qué me siento yo comoda-o? ¿Qué habilidades tengo? ¿Qué es lo que me equilibra a mí como persona? y utilizarlo como recurso. Nunca dos maestros sienten, piensan , reaccionan y actuan igual, cada uno de ellos debe encontrar su propio equilibrio.
Si un maestro se siente ilusionado con lo que está haciendo, sea lo que sea contagiará su entusiasmo a los alumnos, es inevitable.

Y el último paso es plantearme que nunca se lo que tengo delante (el profesor de Einstein, nunca supo lo que llegaría a ser ), y tratar a cada uno de nuestros alumnos como si realmente fueran a llegar a ser GRANDES CIENTÍFICOS, GRANDES ARTISTAS, GRANDES PERSONAS EN DEFINITIVA, el hecho de hacerlo ahora multiplica sus posibilidades de llegar a serlo por mil.

A partir de aquí sentémonos y empezemos a buscar uno o varios hilos conductores y a estructurar nuestros objetivos de manera coherente ( ¡de las vocales al Quijote!).

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